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Foto del escritorE. H.

La relacion entre el aire (oxigeno) y la cerveza, Spoiler alert, no es buena.

La cerveza es una bebida que se produce a partir de la fermentación de granos de cebada y otros ingredientes como lúpulo, levadura y agua. Durante el proceso de fermentación, la levadura convierte los azúcares de los granos en alcohol y dióxido de carbono. El dióxido de carbono es el gas que se produce en las burbujas y le da a la cerveza su característica espuma.

Es importante mantener la cerveza alejada del oxígeno, la luz y la temperatura para preservar su sabor y evitar que se dañe. El oxígeno puede oxidar el lúpulo y el alcohol de la cerveza, lo que puede alterar su sabor y aroma. La luz puede afectar el sabor de la cerveza debido a la reacción química con los compuestos fenólicos y el dióxido de carbono. La temperatura también puede afectar el sabor de la cerveza, ya que altas temperaturas pueden dañar el lúpulo y alterar el equilibrio de sabores.

La mejor manera de servir una cerveza depende del tipo de cerveza y del vaso en el que se sirva. Algunas cervezas se sirven mejor a temperatura ambiente, mientras que otras se sirven mejor frías. Las cervezas ligeras y con poco sabor, como la cerveza pilsner, se sirven mejor frías para ayudar a reforzar su sabor ligero. Las cervezas oscuras y con sabor más intenso, como la stout, se sirven mejor a temperatura ambiente para que su sabor se destaque.

En general, se recomienda servir la cerveza en un vaso con una base ancha y una apertura ancha en la parte superior, como un vaso de cerveza. Esto permite que la espuma se forme y se mantenga mientras se bebe la cerveza. También es importante asegurarse de que el vaso esté limpio y libre de olores, ya que esto puede afectar el sabor de la cerveza.


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